La ciudad es una mezcla de hormigón, metales y personas. Muchos de los que vivimos en ella tenemos la sensación de que es un lugar de incomunicación, frío, sombrío y que aliena a las personas. En muchas ocasiones tenemos la certeza de que estamos en un lugar que nos vuelve completamente impersonales. Sin embargo, todo depende desde el punto de vista con el que miremos todo ese conjunto y, sobre todo, de cómo deseemos vivir en ella.
La ciudad es un lugar donde hay vida, donde luce el sol y cae la lluvia, donde hay infinidad de sonidos y reflejos en los cristales. Hay personas que se relacionan, otras que intentan pasar desapercibidas… Es decir, la ciudad es un espacio de muchas vidas, de muchas experiencias que tomar a medida que vamos creciendo. Será un lugar negativo, en el que falta la comunicación, e impersonal si nosotros sólo lo vemos así.
Sin embargo, si vemos a la ciudad como algo vivo, en el que podemos disfrutar de muchísimas opciones culturales, musicales, personales, inspiradoras para todo tipo de proyectos escritos, audiovisuales, pictóricos, etcétera, como parte de nuestro camino vital, y muchísimas otras cualidades positivas de la misma, entonces la ciudad pasa a ser algo completamente diferente, pasa a ser algo bueno para ti.
© Metodo Estanislao
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