Una pared es un espacio que, en un principio, vemos como algo frío, inerte, incapaz de expresar algo, tener vida propia. Sin embargo, somos nosotros los que podemos cambiar todo eso y hacer de ese elemento arquitectónico algo completamente diferente. Únicamente aportándole un poco de color y textura cambia radicalmente la manera en que podemos verlo y lo podemos transformar en algo vivo.
Una pared puede ser soporte de algo bello, de algo creativo y está al alcance de cualquiera de nosotros el plasmar en una todo nuestro poder sensible. Da igual que tengamos más o menos destreza. Lo importante es expresar algo. Nosotros somos como esa pareja. Somos un elemento en blanco, algo que podemos llenar de belleza, de texturas, de imágenes, de vivencias, de recuerdos. Pero sobre todo, lo que hemos de buscar es la de plasmar toda nuestra belleza y positividad interiores.
© Metodo Estanislao