La oración no es rezar, no es arrodillarse, juntando las manos y recitando un mantra una y otra vez, según la religión que sea o creencia, esperando un milagro o la conjunción de los astros para que la humanidad sea mejor o pase a otro nivel emocional.
La oración es un gesto, una palabra, una frase particular, personal, que compartimos o guardamos para nosotros, que busca extraer lo mejor de nosotros, de los demás, que nos ayuda a estar mejor con uno mismo, con nuestro entorno y todos aquellos que deseemos.
La oración ha de buscar que seamos mejores personas, que esa energía positiva se transmita con hechos y no con palabras. Estas, que decimos como oración, nos han de llenar y hacer sentir algo real, emocional, física y espiritualmente. A partir de ahí, esa energía positiva debemos usarla para transmitir lo mejor de nosotros en lo que deseemos hacer y compartir.
© Metodo Estanislao