Una bombilla ilumina un espacio. En realidad, solamente una pequeña parte de ese espacio, ya que, en función de la potencia de la misma, la luz va poco a poco desapareciendo hasta perderse en la oscuridad que haya delante nuestra, si no hay otra bombilla.
Cada uno de nosotros somos una pequeña bombilla con una fuerza limitada. Sin embargo la intensidad de nuestra luz es lo más importante y, si la proyectamos bien, podemos hacer que otras pequeñas bombillas iluminen con la misma o mayor fuerza, haciendo que el espacio, nuestro interior y el de los demás, se vea sea mayor.
Creo que es mejor iluminar a vivir en la oscuridad.
Brillemos.
© Metodo Estanislao
música: NuMeditationMusic