La vida es una comunicación paralela y complementaria entre espirales interiores y exteriores, cada una de ellas distinta.
Las espirales exteriores, que nunca dejan de girar y expandirse, son aquellas que nos forman como personas desde que nacemos: educación, creencias, ritos, vivencias, aprendizaje experiencias, relaciones personales, trabajo, etc. Todas ellas conforman, poco a poco, nuestra personalidad, que se irá modificando mientras uno viva.
Las espirales interiores, que también nunca dejan de girar, pero hacia dentro, haciéndolas más estrechas, son aquellas que tienen que ver con nuestro interior. Se diferencian de las exteriores en que parten del punto en que somos conscientes de nosotros mismos y comenzamos a tomar decisiones sobre aquello que queremos. Es desprenderse de aquello que no necesitamos, que no queremos, que sobra en nuestra vida, hasta quedarse con lo esencial. Y es en ese punto en el que somos conscientes de quiénes somos, qué queremos y quién queremos en nuestro camino, ya sea personal y/o vital.
Toma consciencia de tus espirales y decide sobre tu vida qué quieres de ella y cómo la quieres.
Abrazos positivos.
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