Este mecanismo, el cambio de marchas, hace que el motor, al acelerar o disminuir la velocidad, trabaje con mayor o menor esfuerzo.
Lo que tenemos que tener en cuenta, a la hora de cambiar de marcha, es fijarnos en el firme de la carretera por la que vayamos, ya sea una cuesta o una curva, en el límite de velocidad y la seguridad misma de la vía por la que circulamos.
En nuestra vida hacemos lo mismo. En función de con quién nos relacionamos y lo que hacemos, da igual la forma, aceleramos o frenamos según veamos la situación.
Si sólo frenamos, acabaremos por no avanzar nunca. Si sólo aceleramos, podemos quemar el motor. Por eso es bueno ir adecuando la velocidad según cada situación, si es necesario o no. Conducir no es sólo pisar el acelerador o el freno, es acompañar cada momento de la conducción con la marcha adecuada y, así, disfrutaremos del viaje con quien queramos hacerlo , donde queramos y tan lejos o cerca como deseemos.
Ha de tu vida una gran experiencia, un gran viaje, pero a la velocidad que necesites en cada momento.
Abrazos positivos.
Alejandro Guillan.
Música: Music for body and spirit
Método Estanislao