Todos pasamos por un momento en nuestra vida en la que sentimos un vacío, como si todo el mar que nos rodea se hubiera secado y todo se hubiera convertido en un desierto.
Podemos verlo desde dos puntos de vista: uno puede ser el de una pérdida irreparable, en el que nuestro mundo desaparece o bien interpretarlo como el fin de una etapa en nuestro camino, que debemos dejar atrás, aprender de todo aquello que nos ha llevado hasta ese momento y, tras comprenderlo, tomar ese puñado de desierto para que no se nos olvide lo sucedido y seguir adelante.
Lo importante de la sequía no es lamentarse de que llegue sino conocer las razones que la han propiciado y eso nos ayudará a avanzar, curar y encontrar nuestro oasis.
Abrazos positivos.
Alejandro Guillán
El método Estanislao.
Música: Little Soul