Todo deja rastro, ya sea físico, emocional, sensitivo, puede quedar grabado para siempre, quedarse algún tiempo o, simplemente, pasar de largo, pero algo siempre deja tras él.
El ser humano es social y no pude, ni quiere, evitar relacionarse con sus congéneres y establecer conexiones con ellos. Son estas conexiones las que van dejando un poso en cada uno de nosotros más o menos importante, más o menos trascendentes, más o menos esenciales.
Cuando esa conexión se rompe ocurre que, aunque la relación termine y la persona desaparezca de nuestra vida, algo queda. Queda un rastro del que no podremos desprendernos, bien sea por el recuerdo que representa para nosotros o bien para recordarnos lo que no debemos volver a hacer.
Es por ello que es importante saber qué representa cada persona que conozcamos en nuestra vida, para saber si la llenará de algo positivo o lo contrario; si es poso, el rastro que dejará en nuestro interior ocupará todos los huecos de nuestra alma o lo vaciará.
Abrazos positivos.
Alejandro Guillán.
El método Estanislao.
Música: Zona lofi