Cada uno de nosotros tenemos una puerta que no abrimos, que mantenemos cerrada sin que nadie sepa que existe. Detrás de ella están nuestros temores, nuestros miedos, nuestras debilidades, etc., pero también aquellos que amamos más profundamente o que nos alegran de verdad el alma.
Y es esa puerta y lo que hay tras ellas lo que nos hace ser quiénes somos, lo que nadie conoce de verdad y lo que nos guardamos para siempre o que sólo abrimos cuando aparece la persona adecuada con una llave que no le hemos dado, pero que ha sabido encontrar.
Ábrela cuando llegue el momento y con quien tú quieras hacerlo.
Abrazos positivos.
Alejandro Guillán
El método Estanislao.
Música: Ámate a ti mismo