Una vela ilumina donde no hay luz, donde no vemos y hay oscuridad. Esa pequeña llama hace que se vuelva importante cuando, en muchas ocasiones, la habíamos ignorado y guardado en cualquier lugar de la casa, pero, cuando hace falta de verdad, nos ofrece todo su poder para poder ver cuando no podíamos hacerlo.
En ocasiones, una persona puede ser eso, una vela en nuestro camino que nos ilumine y guíe o, simplemente, alguien que, en un momento dado o concreto de nuestro camino, aparece en el momento adecuado y oportuno. También, para nuestra sorpresa, puede tratarse de alguien que siempre ha estado a nuestro lado, pero a la que no prestábamos atención o no creíamos que fuera ella la que pudiera darnos luz y calor cuando fuera necesario.
Es por ello que es importante, siempre, tratar a todos por igual y ver, al menos intentarlo, lo mejor en cada uno de nosotros porque nunca sabemos si, en algún momento de nuestra vida, necesitaremos una mano que nos diga: Tranquilo, todo está bien. Yo estoy a tu lado y no dejaré que caigas.
Yo lo estoy y deseo lo mejor en tu vida.
Abrazos positivos.
Alejandro Guillán
El método Estanislao.
Música: Little Soul