La farola ilumina con un punto de luz una zona de una calle, carretera, etc. Una sola hace que el resto del espacio queda en la oscuridad, oculto a la vista y desaparece, deja de existir. Es por ello que, para iluminar aquello que no se ve, se necesitan varias puntos de luz, varias farolas, que están ahí aunque nadie se pare a observarlas y valorar su importancia.
Las personas somos así también. Cuando se necesita luz sobre algo, cuando se necesita a alguien que nos ayude, nos ilumine sobre algo, necesitamos ese «punto de luminosidad». Cuantos más puntos, cuantas más personas se preocupen por sus semejantes, sin buscar una contrapartida o un beneficio, conseguiremos hacer, de esta, una sociedad mejor.
Tu, yo, todos, podemos ser esa farola, ese punto que sea una mano tendida a quien lo necesite.
Abrazos positivos.
© Método Estanislao