Vivimos en un momento en el que, de manera habitual, echamos las cuentas para todo, ya sea para el salario, la comida, el alquiler, préstamos y otros gastos a los que, mensualmente, tenemos que hacer frente.
Aunque no lo parezca, esto produce un desgaste emocional, que hace que nos sintamos mal en muchos aspectos de nuestra vida y, sobre todo, con cansancio, con miedos, con desesperanza hacia lo que pueda venir más adelante.
No es fácil lidiar con esos momentos, pero podemos intentar enfocarlos, teniendo presente que esto que creemos que va a ser así siempre puede cambiar, que nuestro camino pude dejar de ser cuesta arriba, pasar a tener un descanso y mantenerse plano, como descanso, para luego subir como un proceso positivo en nuestro camino.
¿De qué depende? Quizá de la propia constancia para querer cambiar la situación, de buscar algo, entre muchas opciones, que sintamos que podemos hacer y queramos hacer para detener esa línea negativa en nuestra vida que, en ocasiones, puede ser la rutina o que no nos gusta.
Los cambios tienen consecuencias, pero si son para mejor, más positivos en nuestra vida, no dudes en tomar la decisión que te haga no sólo ser feliz, sino sentirte bien contigo mismo.
Abrazos positivos.
Alejandro Guillán
El método Estanislao